28 de diciembre de 2009

Barcos en la II Guerra Mundial

En la primera parte de la II Guerra Mundial, entre 1941 y 1942, los barcos de transporte de los aliados eran destruidos casi con total impunidad por los submarinos alemanes. Esto era debido a que la autonomia de los aviones militares no les permitia escoltar a los buques que llevaban suministros desde Estados Unidos hasta Gran Bretaña durante todo su trayecto por el Atlantico.
W. Churchill, ante cifras tan alarmantes como 32 barcos hundidos por semana, encargo a su division cientifica (no a los licenciados en homeopatia, he dicho a los cientificos de verdad), encontrar una solucion a este gravisimo problema.

Geoffrey Pikes, un cientifico de la Division Combinada del ejercito de su Graciosa Majestad, hallo la solucion, y lo mas sorprendente es que convencio de que ello a W. Churchill.
Si el hielo no se hunde, y con el grosor adecuado, es virtualmente inmune a los torpedos de la epoca, solo tenemos que cortar un cacho de iceberg, aplanarlo y usarlo como base para repostar aviones, en mitad del Atlantico.

Aqui encontramos que la teoria choco directamente con la aplicacion practica, ya que no contaban con su parte sumergida, ya que la visible solo supone un octavo de la masa total del mismo.

Pero nuestro amigo Jefry no se desanimo, a el le molaba el hielo, con lo que penso en fabricar un portaaviones con dicho material. Para hacerlo insumergible, involcable, y resistente a los torpedos, las pareces debian de tener un grosor de 12 metros.


Su propulsion seria mediante motores electricos, para evitar el calentamiento de los diesel convencionales, además de tener una unidad refrigeradora.
El barquito, estaria propulsado por 20 helices, y tendria capacidad para mas de un centenar de aviones, ademas de una planta refrigeradora, los almacenes, camarotes de la tripulacion, etc.



Se construyo un prototipo en Canada, lugar elegido para emplazar la fabrica de estos buques, por su abundancia de hielo, y lejania del frente belico. Dicho prototipo aguanto sin derretirse ese invierno, incluso el verano siguiente.

W. Churchil estaba tan emocionado con el proyecto, que encargo, no solo uno, sino 100 portaaviones de hielo (sus huevos). Para que os hagais una idea, el barco mediria 800 metros de eslora, y pesaria unas 2000 toneladas y con una velocidad de crucero de 7 nudos. Pues el queria 100 de esos.
Con esta impresionante flota, el poder naval aliado seria abrumador, y las potencias del Eje seria arrasadas. Estos barcos inclinarian decisivamente la balanza a favor del bando aliado, y concluirian rapidamente la contienda.


Pero oh tragedia! los bloques de hielo eran fragiles como el idem.
Asi que las mentes pensantes pensaron, y en la Universidad Politecnica de Brooklyn se descubrio el hielo macroreforzado, compuesto por agua y pulpa de madera. El hielo resultante, seguia siendo insumergible, pero su resistencia era superior a la del hormigon, mucho mas resistente al fundido, y se podia trabajar con comodidad con sierras.

Ahora ya nada podia evitar que se construyese el centenar de portaaviones de hielo encargados por la Royal Navy... nada? mmm, el tiempo. Cada frigobarco tardaria 2 años en construirse, y en estos momentos, ya andabamos con el 1943 avanzando, los aviones habia aumentado su autonomia, y la amenaza alemana estaba decayendo, con lo que, no sin dolor, Churchill cancelo el proyecto... si no, aun se estaria construyendo alguno de los ultimos frigobarcos.


5 comentarios:

Brusete dijo...

OWNED?? jajajajatal dia como hoy un colega se paso tres horas dando saltos con el alex kid frente a la puerta del castillo mágico porque alguién le había comentado que así aparecía Goku.

Patman dijo...

Pues no, esta historia es cierta (no como la que me acabo de tragar sobre Emilio Aragón adaptando "Superlópez"). De hecho hay un episodio de "Los cazadores de mitos" sobre este material a base de serrín y hielo llamado pykrete.

Anónimo dijo...

Efectivamente Pat, es una historia veridica.
A raiz de la historia de los misiles guiados por palomas y de calentar circuitos electronicos con ratones, mirando mirando, me encontre con esta y otras historias.

Patman dijo...

Gallinas, eran gallinas.
Y no olvides el instalar un transmisor a un gato.

Qué hemorragia de sabiduría cenando ¿eh?

Iván dijo...

de verdad, yo no sé quién va a levantar este país...