24 de junio de 2006

Somos lo que somos


Deben haber pasado entre 35.000 y 65.000 años desde el primer equinoccio de verano reconocido por el hombre.
Esta que se celebra hoy es la fiesta de las fiestas. Es la unión social para dar gracias a la Tierra, al Sol, a la Luna, por habernos permitido encontrar nuestro sitio aquí.
Durante decenas de miles de años, el hombre ha celebrado dos fiestas muy especiales: los dos equinoccios. En el de invierno se festeja con esperanza. Es el amanecer de un nuevo periodo en el que cada día va a haber un poquito más de luz, un poco más de calor, y más tiempo para cazar, para cultivar, para vivir. Se desea fervientemente que la temporada venidera sea como la anterior, y que la comunidad pueda seguir adelante.
La otra celebración es la de conformidad con el universo. Es la primigenia fiesta de "acción de gracias", que diría Jorgito Bush. Por eso es el Gran Acontecimiento. En este momento, la tribu humana toma especial conciencia de sí misma, porque es capaz de mirar atrás en el tiempo, y comprobar con satisfacción que el ciclo anual ha vuelto a serles beneficioso. Eso hay que celebrarlo.

Posteriormente se le fueron atribuyendo propiedades a este mágico día. Conforme la humanidad fue tomando consciencia de que el ciclo se repetiría invariablemente, empezamos a fijarnos en otros detalles. Es la noche más corta del año (supongo que hubo que salir de la zona intertropical para notar esta variación, con lo cual estamos hablando de épocas bastante posteriores). Ya se habían creado culturas. En este momento ya nos habíamos establecido en poblados, y prosperábamos. Teníamos divisiones del trabajo, lo cual deja mucho tiempo libre para pensar, para medir, para descubrir el entorno.
Entonces comenzamos a venerar "cosas mágicas". Y hay pocas ocasiones tan mágicas como el cambio de ritmo en el horario solar que se produce en estas fechas.
A partir de hoy comienza el reinado de la noche. Lo que no se hizo hasta la fecha, mejor lo dejamos para el año que viene, porque es el momento de terminar las recolecciones, de aprovisionarse de carne, de llenar las despensas. ¿Cómo no iba a celebrar el hombre que tiene su despensa llena? ¿Cómo no se iba a reunir con sus vecinos y familia para celebrar?
Y para celebraciones, nada como el fuego. El mayor logro de la humanidad como tal. El salto más brutal que puede dar una especie. Controlar el fuego. Usarlo en su provecho. La causa principal de que podamos sobrevivir al invierno, proteger la entrada a las cavernas, cocinar la carne (disminución de los músculos mandibulares, con la consecuente disminución del volúmen óseo que hace falta para fijarlos, seguido de la posibilidad de expansión craneal), y con ello crear sociedades más complejas.

Y hoy es el culmen de todo eso.

La Iglesia hace lo que puede por estar presente en todos y cada uno de los actos sociales inherentes al comportamiento humano, y muchos son los ALIENADOS, que padecen este control desde arriba. Pero un rayito de esperanza se observa atravesando el nubarrón de superstición. Aún nos quedan las fiestas paganas. Esas fiestas estarán ahí cuando se acabe la dictadura moral a la que estamos sometidos. Dejaremos de celebrar San Juan (que al fin y al cabo nada tiene que ver con todo esto), y celebraremos otra vez que el mundo nos ha sido beneficioso, que hemos sabido controlar nuestros recursos, que nuestra despensa está otra vez llena, y que podemos mirar con optimismo el invierno que se acerca.

Y haremos fuego. Porque somos unos privilegiados. Porque somos los herederos de los que cambiaron la cara del mundo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bello, si señor.Lo que no se hizo hasta la fecha, mejor lo dejamos para el año que viene... entonces, ¿mejor no me apunto a la academia de inglés? y me dedico el resto del año a llenar la despensa. jodel creo que voy a tener que montarme otra despensa pa ir llenandola, porque la que tengo está a rebosar. es decir, que voy una tarde al mercadona y la lleno... y que hago durante el resto del año? lo que me gustaría poner de manifiesto, sin muchas contemplaciones por falta de tiempo, ya que tengo que ir a celebrar mi santo y emborracharme,es la alienación del hombre con la naturaleza que cada vez es mas acusada, y que esos valores históricos de los que hablas son muy importantes ponerlos de manifiesto precisamente por eso. y me congratula esa inversión en tiempo y esfuerzo que desinteresadamente haces para ilustrar al poblacho insulso que tiene la suficiente inteligencia para leer este blog. o que cae por casualidad en él. en fin, que la fiesta de esta noche será mucho mas intensa tras leer tu post, aunque no vea el fuego nada mas que para apretarme algo. pero seguro que sabrá mejor. un abrazo tio. y gracias.

Jota___ dijo...

Pues justo eso quería dar a entender!. Está claro que no tenemos que llenar despensas. Era simplemente una forma de introducirme en los albores del tiempo, mientras escribía.
Resulta curiosísimo imaginar que nuestros antepasados, de no tantas generaciones atrás seguían rigiéndose en gran medida por acontecimientos descubiertos antes casi de que el hombre fuese hombre.
Y lo que es más llamativo, tienes razón, es que en las últimas DÉCADAS, todo esto haya cambiado tanto que ha borrado nuestra consciencia histórica.
¡Pero para eso estoy yo! Jajaja!.

Espero que lo celebrases a la antigua usanza, agarrándote una melopea digna de la fecha.