Ese que canta.

No pasaba de los veinte...
O al menos esa impresión daba mi cantante favorito en Torrevieja el Sábado.
Las más de 10.000 almas que allí nos reunimos alcanzamos el perdón celesital, escuchando justo lo que queríamos-necesitábamos escuchar de la boca del Flaco.

Conciertazo. Se notan las tablas, toda una vida encima del escenario hace que sepas controlar los ánimos de los espectadores, y los manejes a tu gusto.

Canciones de hace 20 años cantadas a coro por la multitud, con la garganta rota, y la piel de gallina.
¿Quién me iba a decir a mí que iba a escuchar así "7 crisantemos", "Calle Melancolía", "Aves de paso", "Peor para el Sol", etc... todo eso sabiamente conjugado con las canciones más populares.

Pero lo mejor de Sabina es el popurrí de versos desgarradores, lanzados como balas al corazón del espectador... eso y las improvisaciones. Se va la luz de fondo, pero sigue cantando... y cuando vuelve te lo canta en mitad de la canción (quitándole el romanticismo a la letra, pero dejando claro que eso de ser un juglar se lleva dentro).

Sin ir más lejos, te suelta esto entre canción y canción:

"El moño, las pestañas, las pupilas,
el peroné, la tibia, las narices,
la frente, los tobillos, las axilas,
el menisco, la aorta, las varices.

La garganta, los párpados, las cejas,
las plantas de los pies, la comisura,
los cabellos, el coxis, las orejas,
los nervios, la matriz, la dentadura.

Las encías, las nalgas, los tendones,
la rabadilla, el vientre, las costillas,
los húmeros, el pubis, los talones.

La clavícula, el cráneo, la papada,
el clítoris, el alma, las cosquillas,
esa es mi patria, alrededor no hay nada".

Buff...

"Porque una casa sin tí es una embajada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto sin pan ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada"

"Porque una casa sin tí es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas"

Disfruté muchísimo, en definitiva. Muchísimas gracias por llevarme, peteña.