El 23 de enero de 1.959, nueve estudiantes y un instructor de esquí del Instituto Politécnico de los Urales, en Ekaterimburgo, salieron a hacer una excursión para practicar montañismo y esquí.
Un estudiante con dolor articular regresó, pero el resto, guiados por el estudiante de ingeniería Igor Dyatlov, continuaron. De acuerdo con la película y los diarios personales encontrados, el equipo acampó el día 1 de febrero en la falda del Kholat Saykhl (que en la lengua de los Mansi Holatchahl significa "la montaña de la muerte"; buen rollo todo).
Helor. Definición gráfica
Cuando el equipo de rescate llegó unas semanas después, encontraron la tienda de la expedición casi enterrada por la nieve, rajada desde dentro. Al día siguiente, encontraron el primer cuerpo cerca de un cedro. En los siguientes meses, al fundirse la nieve, fueron encontrados el resto de cuerpos, algunos de ellos en ropa interior. Tres de ellos tenían las costillas y los cráneos fracturados, pero sin marcas de defensa propia. A otros les faltaban los ojos, y uno de ellos no tenía lengua. Los cuerpos tenían un curioso color naranja y se detectaron trazas de radiactividad.
La investigación cerró la investigación con las muertes causadas por una "fuerza natural desconocida", y la burocracia soviética enterró el caso.
Foto tomada el 26 de febrero por el equipo de rescate
¿Qué ocurrió la noche del 2 de febrero? Iker Jiménez, con el pene como un bote de Pringles, haría 18 programas (más) de esto. Pero todo tiene explicación:
- la mujer sin lengua: lo primero que hace un animal que se encuentra un cadáver es ir a por los tejidos blandos. Si además la boca huele a comida, pues...
- el color naranja de los cuerpos: si dejas cuerpos durante días, al sol, rodeados de nieve blanca, la piel se quema.
- la falta de ropa: momentos antes del fallecimiento por hipotermia, ocurre el "desnudo paradójico"; falla la vasoconstricción del cuerpo, y la sangre caliente fluye de regreso a la piel casi congelada, incrementando de forma brusca la temperatura de la piel, y la víctima, desorientada, se quita la ropa debido a la sensación de ardor.
- las trazas de radiactividad: hasta los años 90, las camisas de los "camping gas" se hacían con torio, que emite una luz blanca al ponerse incandescente al quemar gas en su interior. El torio es radiactivo y emite partículas alfa.
- la tienda rajada y los cuerpos dañados: una avalancha* (qué bajón ¿eh?).
*: la teoría de la avalancha tenía sus problemas: no había rastros de ella y la falda de esa montaña tenía una inclinación muy tenue. No hubo nevada la noche del día 1 que pudiera aumentar el peso de la nieve y la hiciera colapsar.
Alexander Puzrin, ingeniero geotécnico del ETH Zürich, había publicado un paper explicando cómo un terremoto puede crear una avalancha tras un intervalo de tiempo que oscilaba entre los varios minutos y varias horas entre los dos hechos.
John Gaume, jefe del Laboratorio de Simulación de Avalanchas de Nieve del EPFL, en Lausanne, se juntó con Puzrin para crear modelos analíticos para intentar replicar lo que ocurrió aquella noche.
Resulta que la capa inferior de nieve de la montaña no se apelmazaba, creando una base resbaladiza sobre la que una gran cantidad de nieve podía deslizarse. La inclinación parecía muy poca, pero era de 30°, el mínimo para una avalancha.
El corte que hizo el equipo de Dyatlov para plantar la tienda desestabilizó la nieve, pero hacía falta nieve adicional para que colapsara. En el diario del grupo había apuntado que hizo viento fuerte. Lo más lógico es que fueran vientos catabáticos, que traen grandes cantidades de nieve desde arriba del todo hacia el campamento, incrementando la carga en la ladera y explicando el retardo de nueve horas entre el corte y la avalancha.
Las simulaciones por ordenador mostraron que la avalancha no fue grande, quizás un bloque de materia helada de 16 pies (el tamaño de un 4x4). El pequeño tamaño explica porqué no se encontró evidencia de la avalancha durante la investigación inicial: ésta había rellenado el corte del campamento y luego habría sido rellenada rápidamente por una nueva nevada. Pero ¿cómo un colapso tan pequeño pudo causar tan grandes heridas en los cuerpos?
Gaume modificó sus cálculos de simulación de avalanchas usando parte del código de animación de nieve usado en la película "Frozen" (no me lo invento). Gaume y Puzrin sólo necesitaban valores realistas para las fuerzas y presiones que experimenta un cuerpo humano en una avalancha. En este caso los datos vinieron de la industria del automóvil: en los 70, General Motors cogió 100 cadáveres y les rompió las costillas golpeándolos con diferentes pesos a diferentes velocidades (los datos se usaron para calibrar la seguridad de los cinturones de seguridad).
GM hizo experimentos con algunos cuerpos con sujecciones rígidas y otros sin ellas. El equipo de Dyatlov hizo sus camas encima de los esquíes. Esto significa que la avalancha, cuando los golpeó mientras dormían, impactó contra un objetivo inusualmente rígido. De modo que un bloque de 16 pies de nieve apelmazada podía, en esa situación única, romper fácilmente las costillas y cráneos de la gente durmiendo en una cama rígida.
2 comentarios:
Espléndido! Es lo que dices, la historia perfecta para suponer que existen fuerzas ocultas o ataques desde el inframundo. Luego llega la ciencia, y a tomar por culo. :P
Vas a mandar al paro a Iker Jiménez! Ten compasión. Por cierto, buen trabajo.
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