Y que penica me dan todos los zopenquillos que pasan pitando por debajo de mi casa, celebrando como deben celebrar, como si el fútbol fuera la única satisfacción que van a recibir en estos largos meses de verano. Se dejan la piel y el pito del coche... Algún imbécil le da puño al pepino de medio litro que se compró hace unos años cuando le iba bien en el andamio y ganaba un dineral. Que tiempos...
Me molesta que estos peacicos de carne puedan despertar a mis hijas, pero me molesta mucho más que mañana en la cola de un banco, o de correos, o de un supermercado estos mamarrachos desgraciados y yo seamos considerados como iguales a ojos del que mire.
Como dice un amigo: "campeones de Europa en paro y ahora también en fútbol; vamos a quemar gasolina a la redonda, que está barata".
En fin, gilipollas.
4 comentarios:
Por cierto... Tendría yo derecho a ir mañana pitando con el coche a media noche para celebrar que mi equipo de curling ha vuelto a ganar? Debería poder ir casa por casa de estos necios a tocarle los huevos. Si esto fuera un país con leyes y justicia mi venganza mañana sería terrible!! Jajaja! Pobrecicos. Que piten, que piten, que todavía tienen coche. Y total, mañana no tienen que ir a trabajar.
Por cierto... Tendría yo derecho a ir mañana pitando con el coche a media noche para celebrar que mi equipo de curling ha vuelto a ganar? Debería poder ir casa por casa de estos necios a tocarle los huevos. Si esto fuera un país con leyes y justicia mi venganza mañana sería terrible!! Jajaja! Pobrecicos. Que piten, que piten, que todavía tienen coche. Y total, mañana no tienen que ir a trabajar.
¿Viste el partido, como todo buen español? (curiosidad)
Pues claro que no. Ese día estuve entretenido con mis dos osos panda. Y en la semifinal estuve viendo un monólogo de Ernesto Sevilla en el Romea. Me partí el culo, como predijo nada más comenzar.
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