23 de noviembre de 2008

El celemín de jengibre

Me hace muy feliz publicar esta entrada en el blog, porque

POR FÍN HE CONSEGUIDO ARREGLARLO!!!

Si os fijáis, ya no hay que bajar hasta el infinito para poder ver el texto tras el título del último post. Me ha llevado una tarde revisando el código, punto por punto, epígrafe a epígrafe, con todo lo oxidado que lo tenía... Al final lo logré; sólo había que escribir "float:left;" en el sitio correcto.
En momentos como este me creo más la afirmación de Hawkin "... no sólo juega a los dados, sino que además los tira donde no podamos verlos".

Tan señalada fecha, que guardaré y rememoraré con capricho en mi dietario, he de firmarla con un nuevo post.

Últimamente me he hecho fan number one de la serie "Cómo conocí a vuestra madre", que conocí a través de Crespin Clander, el cual me la vendió de la siguiente manera:
"- Es una serie de puta madre, seguro que te enganchas, porque sale la que se mete la flauta por el coño en American Pie, y.... (redoble de tambor) el hermano mayor de Malcolm!!!".

Ante tan tremendo reparto, dejé todo lo que tenía y me puse a visionar un capítulo detrás de otro, hasta que los terminé, y después los volví a ver todos otra vez, por si me había dejado algún chiste. La tercera ver que ví la serie completa fue con la excusa de ponérsela a Fé, y la cuarta fue ya por desidia.

Pues bien, estaba el otro día tomándome las cañas con el otro engendro que publica en este blog, cuando, de repente, sin aviso alguno me suelta que Barney (el GRAN BARNEY, el motivo por el cual veo y re-veo episodios de "Cómo conocí a vuestra madre" hasta la extenuación) NO era el hermano de Malcolm.
Obviamente me indigné, me liberé de mi guante de la mano izquierda y sacudí violentamente su faz, retándolo a repetirlo.
Así lo hizo un instante después, y se sentía tan seguro de su extraña afirmación que incluso creyó de buen tino satisfacer su orgullo mediante una poderosísima apuesta: un celemín de jengibre para el que gane la apuesta, que ha de ser provisto por el perdedor.

... pues sí, amigos (y maldito enemigo), perdí la apuesta, y ahora me veo en la desesperanza de conseguir un celemín de jengibre a buen precio.

Mirando en la base del conocimiento universal (La historia de las drogas de Escohotado, no!), la Wikipedia, descubrí que un celemín era más de lo que yo me imaginaba, y que era una medida de volúmen, no de peso. Viene a ser algo más de 4'6 litros, es decir para que lo entendáis los murcianos, una garrafa, o algo más de medio capazo.

Mi podrido cerebro ha ideado la manera de pagar mi apuesta: Compar un cubo, llenarlo de cerveza caliente, meter una ramita de jengibre (que ya tengo localizada), machacarla y añadírsela; y sin más, ni tapadera, ni pajilla, ni un triste cubito de hielo entregar el pago y dar por saldada mi deuda.




Bastante tuve yo con enterarme de la mala nueva.


PD: Quiero agradecer a Patman su pertinaz vigilancia de mi blog, aún tras varios años de yermo y desolación. Espero, a partir de ahora ir publicando algo de vez en cuando.
De momento ya somos tres: Patman, el indigente de la apuesta y el menda. De aquí al infinito.

4 comentarios:

Brusete dijo...

Cuatro.

Anónimo dijo...

Esto es un no parar, casi podemos pedir ya el carnet de familia numerosa, jajaja.
Oye, pon un comentario con la dirección de tu blog para que Jota lo ponga como enlace.
Jose dixit!

Patman dijo...

¡AL FIN, AL FIN! MIS PLEGARIAS HAN SIDO ESCUCHADAS

Me he leído los posts del tirón; qué gusto.

Saludo desde aquí a Brusete (aunque nos vimos el otro día en el cumple de Marina), a breadbimbo (hace ya un año, nen) y al señor Casas que me cago en tó, que no hay manera de verlo.

Mi blog: Nivel 426. Escribiré el 5º artículo sobre Chernobyl en breve.

Patman dijo...

Ah, y me alegro un huevo y la yema del otro de que hayas arreglado lo de la estructura del blog, que me estaba dando el síndrome del túnel carpiano de darle a la rulilla del ratón.

"Lo que no te mata, te hace... diferente"